Caminaba bajo el sol con 37 grados. El calor, mis gafas empañadas, y el sudor se contradecían con mis ojos sedientos y emocionados al ver miles de miradas.
Siempre llevaba mi cámara, pero sólo después de largas jornadas de exhibiciones, cuando el sol cesó pude captar mis imagenes, encontrarme con ellas y no que otros me las mostraran a mi.
En mi andar pude fijarme en detalles y me asomé a vidas, conceptos y técnicas que de otra manera no hubiese visto en tampoco tiempo. Me sentí inspirada por muchos y por el ambiente que se vivía: patrimonio histórico, arqueología romana, van Gogh, arte moderno propuestas eclécticas y contemporáneas.
¡Hasta vi Van Gogh en persona!
Estas son algunas de las imágenes de mi visita donde vine a ver el mundo de la fotografía a través de el festival y a interactuar con la imagen.